lunes, 1 de marzo de 2010

Son promesas


Pacientemente he aguardado a que acabara Febrero, para no tener que enmendarme. Tengo la página marcada y abro el Calendario Zaragozano, compendio de los más sabios consejos, y el mejor tutor y guía para los delicados asuntos del tiempo. Que para eso dispone como una de sus más jugosas secciones de un Juicio Universal Meteorológico, nada menos. Pues bien, ha pasado el mes y discrepo. A modo de resumen, se nos anunció para el período ‘Tiempo de buen temple’, y así está escrito. Lo que yo haya percibido será seguramente subjetivo, bien poco frente a los objetivos augurios de ese doctrinal Juicio, pero no me ha llegado, ni de refilón, el buen temple esperado. Quizá sea doctrina en el Zaragozano que ponga buen temple el paciente, y ahí yo sí que he cumplido. He aguantado impertérrito la oleada de temporales, nieves y ciclones, con la página del Juicio Universal abierta en espera de lo prometido.

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