sábado, 22 de mayo de 2010

Maniobras informativas


Leo en el periódico de ayer día 21 la siguiente nota: «Desde la Comandancia Militar de Navarra se señaló ayer que el día 18 de mayo una unidad militar tipo Compañía, integrada por 45 hombres perteneciente al Regimiento Sicilia nº 67 con sede en San Sebastián, tenía programada una marcha a pie por terrenos de montaña en la provincia de Guipúzcoa limitando con Navarra. "Por algún error de tipo topográfico -precisaron dichas fuentes- se pudo salir de la zona de acción entrando en el municipio de Orbaiceta" y que la marcha tenía duración de una jornada (de 9.00 a 14.00 horas)».


Zona de acción para el programa

Semejante correo oficial obliga a hacer algunas consideraciones y algunas precisiones. La primera consideración debería de ser sobre si la nota emitida se hace con ánimo informativo o con otra intención difícil de adivinar. Si no hay ese ánimo, sería mejor abstenerse de comunicados, y si la hay entraríamos en una segunda consideración. En esta nueva habría que preguntarse si es voluntario o no el menosprecio manifiesto hacia los lectores. Si es voluntario se actúa probablemente de iure, entendiendo que nadie debería de dudar de la alta instancia a la que representan. Si es de facto, estaríamos ante el dilema de tonto yo o tonto tu, por lo que conviene traer al caso precisiones que demostrarán que los tontos son ellos al tomarnos por tales. Vamos a ellas:

1 - Los tiempos corren también para el ejército que parece haberse quedado sin nombres para identificar las nuevas unidades operativas o sin hombres para componer las tradicionales. La unidad militar tipo Compañía, ¿es o no es una compañía? Si lo es, porque lleva un capitán al frente, 45 efectivos se me quedan cortos, y si no lo es, quizá haya que bautizar de algún modo a esta tropa deambulante.

2 - La actividad consistía en una marcha a pie con punto de partida en algún lugar secreto de Guipúzcoa, probablemente rondando ya Navarra. Podemos suponer la asamblea a las 9.00 a.m. El grupo emprendería camino y se internaría en terrenos de montaña para desfogarse y mostrar sus habilidades en la ‘zona de acción’, con tan mala fortuna que se desorientó. Es probable que el cabo a cargo de las comunicaciones acudiera por error con el equipo de telefonía con hilos. Lo cierto es que no disponían, metidos en pleno bosque, de móviles, GPS, ni comunicación fiable, o quizá que las órdenes obligaban a actuar de incógnito para no alertar a los civiles.

3 - Aunque no consta, es de suponer que este personal en armas marchaba además con el equipo reglamentario, donde siempre hay sitio para una modesta brújula, y que la autoridad al mando completaría la dotación básica, por si acaso, con algún mapa del escenario de la maniobra. Aún así cometieron, por la complejidad propia de meridianos y paralelos, un inevitable y fastidioso error topográfico que los llevó al buen tuntún por los montes navarros, sólo con el desayuno y sin certeza alguna sobre la hora de fajina.

4 - Ante la difícil tesitura planteada y tras examinar hasta el último detalle el manual táctico de soluciones operativas, la opción del mando parece que fue "tirar pa’lante" por valles, ríos y montañas. Y la fórmula cundió. Cundió tanto que a la hora de fajina (las 14.00 horas) los efectivos militares hacían su entrada desde Irati en el mismísimo municipio de Orbaiceta (nombre oficial Orbaitzeta).

5 - Analizados los datos, ni la tropa autóctona de don Carlos hubiera mejorado su rendimiento. Del punto guipuzcoano más próximo a ese municipio median en línea recta unos 55 Km, aunque eso sí pasando por Francia y sin llegar a Irati. De hacerlo estaríamos en los 70 Km por lo menos. Conociendo los usos habituales en estas expediciones, una hora al menos se iría en paradas, almuerzos, consultas topográficas y llamadas a SOS emergencias. Lo que nos llevaría entonces a una velocidad de crucero de unos 5 metros por segundo, o sea cercana a la carrera. Contando con los desniveles pirenaicos y con las tareas guerreras encomendadas, si cumplieron órdenes es más que una proeza. Presentar como un despiste topográfico lo que fue, de creer al redactor, un memorable alarde atlético y marcial es el error más imperdonable contenido en la nota.


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