lunes, 19 de julio de 2010

Armonía y vida



Tan mal sabor de boca me dejó el tipo ese de los poemones franquistas, que quisiera en desagravio citar brevemente un autor del que él se pretendía un conspicuo émulo. Se trata de Goethe y el pasaje procede del Prólogo en el cielo con el que se inicia el Faust. Aquí no están el bien y el mal metidos en un lance panegírico sin salida, el origen de todo está en el sol que irradia por doquier armonía y vida. Interviene en esta ocasión el arcángel Rafael:
                   «Die Sonne tönt, nach alter Weise,
                   In Brudersphären Wettgesang,
                   Und ihre vorgeschriebne Reise
                   Vollendet sie mit Donnergang.
                   Ihr Anblick gibt den Engeln Stärke,
                   Wenn keiner Sie ergründen mag;
                   die unbegreiflich hohen Werke
                   Sind herrlich wie am ersten Tag»
[El sol, según su antigua costumbre, toma parte en el canto de las esferas y su camino delineado termina con el estampido del trueno. Su mirada fortalece a los ángeles, incluso cuando ninguno la comprende; las obras sublimes inabarcables son bellas como el primer día.]


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