jueves, 26 de agosto de 2010

Hipócrates saluda a China


Acalla en ti las voces y deja que fluyan mansamente los humores. Aún te saben rancios esos sueños, nunca aireados; amargos esos enconos, mal apagados; crueles esos empeños, de condenados. Impasible dueño de tu tormento, finge lúcida tu espera hasta verte anegado. Y si es blanca la bilis que brota, haz igual que si fuera negra, y si es negro el color de tu sangre, haz igual que si te espumaran flemas. Afloja tus pasiones, mientras los humores lentamente te dejan.

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