lunes, 25 de abril de 2011

Sorteo de obstáculos


De las leyes que afectan nuestro avance, ninguna tan decisiva como la denominada ley de lateralidad compensada, según la cual cuando te enfrentas a un obstáculo y crees haberlo dejado a un lado, no tarda en aparecer ese mismo obstáculo al otro lado para ofrecerte nuevas vistas. Los cambios sucesivos de perspectiva, que resultan de la ley, acaban concediéndole al obstáculo una carácter nuevo, al tiempo que lo hace más familiar y conciliador. Sigue siendo un real obstáculo, pero, como consecuencia de la ley, en la práctica avanzamos como si estuviéramos hermanados a él. Todos conocemos individuos, que llevados al límite de su velocidad vital tratan de evitar esos regates avanzando a tientas fundidos en fraterno abrazo a su entrañable y polifacético obstáculo. Muchos no llegan a dar ese tierno espectáculo, pero con esta ley son mayoría los que desembocan en una parálisis, en equilibrio enfermizo a medida que se van identificando con sus rémoras personales, y lo experimentan además como una agradable sensación de alivio.


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