lunes, 1 de agosto de 2011

Y punto



domingo, 31 de julio de 2011

Eclipse total


Tengo la impresión de que esta será mi última entrada en mucho tiempo. No sería capaz de dar razones de peso ni de hacer un discurso de despedida para justificar este apagón. A estas alturas cualquier lector podrá encontrar en el contenido del Almanaque razones propias que harán comprensible y sumamente acertado mi abandono. Quizá algún otro día, con la mente un poco más despejada y algún afán nuevo, reanude este intento.

sábado, 30 de julio de 2011

Matriz de imágenes


Escribir a partir de una palabra es dar prueba fehaciente de su fecundidad y rendir tributo a su capacidad para atraer y generar discursos. Visto así, toda definición vendría a ser un homenaje que honra y reconoce en cada palabra su atractivo y potencia. Sumadas todas, el diccionario nos dotaría de una fragmentaria luz con la que adentrarnos en realidades azarosas. Y con ese pertrecho, el discurso rebuscaría entre palabras y sus facetas hasta fijar secuencias de tímidos reflejos allá donde se adivina nuestra imagen.

Donde mudan los usos


Máscara melanesia (s. XIX)
Hood Museum of Art, Darmouth College.
Mi sensación es de profundo desconcierto. Repentinamente algo conocido y familiar pierde parte de su significado y parece sumergirse en un extraño y nuevo contexto. Iré al grano, si puedo. En la entrada ethnography, el Merriam-Webster dice «estudio y registro sistemático de culturas humanas». Ahí el peso de la definición carga indudablemente sobre la difusa idea de cultura. Me pregunto, y no acierto a saber, si encaja con ella un «estudio etnográfico acerca de cómo usa la gente sus calendarios para administrar su información personal». Si así fuera, incluso estas entradas que escribo serían materia de investigación etnográfica. Sería como verse convertido en un espécimen bajo el foco de una invisible y enorme lupa. Una lupa administrada por Google, que podría ser cedida para beneficio de la ciencia a sesudos y curiosos investigadores. Como los del Virginia Tech, firmantes de un reciente trabajo, titulado An Exploratory Study of Personal Calendar Use.

Hasta ahora la etnografía tenía para mí sus fronteras en Papúa, en Madagascar o en Mongolia, y en nuestras proximidades se dedicaba a recoger vestigios de costumbres y ritos ancestrales. El artículo en cuestión me pareció al principio ridículo, por el tema y por el escaso tamaño de muestra estudiada, y más tarde peligroso, como una puerta abierta a futuras exploraciones personales abusivas. Es verdad que no cuento con evidencia alguna de esos abusos y que la deformación del objeto y los métodos etnográficos da a todo este asunto un aire más que exótico. Pero tampoco puedo negarle atractivo a este nuevo análisis de nuestras anotaciones para deducir la compleja relación que mantenemos con el tiempo, ni a un metódico intento de explorar el uso de los calendarios como si fueran mapas de nuestro comportamiento. Quizá no haya muestra más fiel e informativa de los hábitos vigentes en nuestras actuales tribus que el calendario personal, al menos si nos imaginamos contemplados desde el futuro.


viernes, 29 de julio de 2011

De la vida en la granja


Isla de Utoya (Noruega)
El 2 de junio, Anders Breivik sorprende a un turista que merodea por los alrededores de su granja con la aparente intención de hacer alguna fotografía. En su cuaderno anota: «Sus gestos y su lenguaje corporal indicaban que mentía. Mi instinto me indicaba que era un oficial de policía»

El 30 de junio, tras interrumpir sus tareas en la granja, busca el chocolate guardado en una bolsa y encuentra un escarabajo. Al reaunudar el trabajo e ir a ponerse los guantes encuentra otro. En su cuaderno anota: «Claro que me he dado un susto. Después he comenzado a matar a todos los pequeños insectos que veía»

El policía disfrazado, los pequeños insectos... Una semana después, ¿quién no lo recuerda?


Política de los apóstoles trinitarios


Talismán de los tres cuernos
elocuencia, poesía e historia
Los sermones —y discursos— le son dictados por un sabio ángel, en los acuerdos —y contratos— estampa su firma de varón sin mácula, y de las buenas —y más rentables— obras pasa a encargarse personalmente su demonio.

jueves, 28 de julio de 2011

Canto límpido


Maria Stader
El canto debería surcar simplemente el silencio, sin ninguna otra compañía, sin otro aliento, entregando en el suspiro esa onda intensa y fluida que nos sacude por dentro. Si para algunos hasta respirar es difícil, a nadie extrañará que muchos se ahoguen en su propia voz. Son los mismos que reclaman palabras para animar el intento y convocan además a la audiencia para que sostenga atenta su esfuerzo. Con palabras o sin ellas, sigo creyendo que no hay mucho más en origen que ese diálogo entre voces y silencios.

A veces el canto nos suena como si surgiera límpida aquella primera voz que rompió el silencio. Ese es el sonido que evoca este Laudamus te, a pesar de escuchar la voz de Maria Stader acompañada por suntuosas cuerdas y aupada por armónicos bajos. Se diría que nunca tuvo que aprender en qué escala se recibe la inspiración ni qué tono puede alcanzar en su deleite. Nadie podría confundir su voz entre tanto instrumento, cuando como un navío primoroso, cargado de florituras, vibratos, coloraturas y algún que otro desaliento, se abre paso en nuestro oceánico silencio.



Laudamus te de la Gran Misa en do menor, W.A. Mozart,
Soprano: Maria Stader;
Radio Symphonie Orchester Berlin. Dir.: Ferenc Fricsay.


miércoles, 27 de julio de 2011

Mundo cruel


El mundo es cruel, hasta que lo doblegamos con nuestro espíritu normativo. A partir de entonces ya sólo es injusto.

Propuestas, preguntas, respuestas


Quienquiera que pregunte sabe que está haciendo una propuesta, por lo que debería de saber también algo sobre el mejor modo de hacerla y tener en cuenta que

-proponer una pregunta exige antes hacérsela uno mismo,
-proponer una respuesta equivale a invalidar la pregunta,
-proponer una consideración previa no es hacer una pregunta,
-proponer una consideración tras otra viene a ser una proclama.


martes, 26 de julio de 2011

Mínima 47


La cortesía y un libro de poemas sólo sirven en caso de emergencia, son el cinismo y un cuchillo jamonero lo que hay que llevar en la mochila de supervivencia.