Bosque en Latasa (Imotz)
Para ciertos días hay páginas como la nieve. Los caminas mudo, abriendo el oído al murmullo del bosque, mientras van ganando espacio tus ojos a las brumas. Aprendes pronto de las huellas olvidadas y de quien hizo su camino. Agazapado atiendes y esperas el rapto de las horas, a la sombra del ciervo. Rama tras rama, respiras ansioso, como el que destapa su juego de luces. Apenas negro finalmente dominado, y con el día cifrado en ese apunte, vuelves tu mirada a la noche, donde nada ya se te oculta.
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