domingo, 26 de septiembre de 2010

La mano de barniz


—Pero, ¿de quién coño habla este hombre?
—Se supone que de sí mismo.
—Si no para de decir « nos pareció...» y «vimos...».
—Pero a él parece que contarlo así le gusta.
—Sí claro, mientras a los demás nos despista.
—«Mi testimonio sincero y directo» pone aquí.
—Testigo será, pero no hay quien le siga el rastro.
—Bueno, es que a todo le pasa una manita de barniz.
—¿Y no sería mejor que se retratara con su «yo»?
—Lo que pasa es que hay gente que así no se ve favorecida.
—Pues que no escriba memorias, que empiezo a estar harto.
—Sí, ya te veo desde hace días, bien pegado al libro.
—Sí, metido en la pelea con el pegajoso barniz.


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