El 5 de enero de 1915 daba cuenta el North Mail de lo sucedido en plena guerra, en territorio francés, en alguna de las trincheras del frente de combate. La carta allí escrita por el recluta Frederick W. Heath ha sido repescada y transcrita recientemente por Marian Robson, que la ha incorporado al sitio christmastruce.co.uk. He intentado aquí la traducción aproximada de uno de sus párrafos más significativos:
«Llegó el amanecer, dibujando el cielo de gris y rosa. Bajo las primeras luces vimos a nuestros enemigos moverse temerariamente por lo alto de sus trincheras. Menudo coraje tenían, no buscaban la seguridad del refugio sino una invitación descarada a que les disparáramos y matáramos con certeza mortal. Pero, ¿disparamos? ¡Pues, no! Nos levantamos y llamamos a los alemanes. Luego vino la invitación a salir de las trincheras y juntarnos a mitad de camino.
Algo cautos nos quedamos atrás. No así los otros. Ellos echaron a correr en pequeños grupos, con las manos levantadas por encima de sus cabezas, pidiéndonos que hiciéramos lo mismo. No pudimos resistirnos a semejante llamada por mucho tiempo – además, ¿no estaba el valor hasta el momento todo en un lado? Saltando sobre el parapeto, algunos de nosotros avanzamos hasta los alemanes que llegaban. Sacamos las manos y las estrechamos en señal de amistad. La Navidad había hecho amigos de los más acerbos enemigos».
La tregua, lejos de ser episódica, tuvo gran extensión entre tropas de diversos países y se dio con características muy similares en diversos lugares de los frentes belga y francés. Más recientemente el tema ha sido tratado con mayor extensión en Silent Night, obra publicada por el historiador militar Stanley Weintraub en el año 2002.
Más información sobre la tregua navideña de 1914
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