sábado, 6 de marzo de 2010

Errata



Irmgard Seefried

Escuchaba hace poco una grabación de Heidenröslein, el poema de Goethe con el que Schubert compuso uno de sus más célebres lieds. La melodía es bastante exigente y al poco de iniciarse reclama a la soprano una breve pero intensa serie de agudos. El registro, tomado de una actuación en público de Irmgard Seefried en 1957*, es curioso. Seefried arranca con naturalidad, va dando forma a los primeros compases acompañada del piano, y avanza con contenido temor hacia las tonalidades agudas. Ahí se quiebra, hay un silencio, una ahogada risa. El piano enmudece, el público agradece con un cálido aplauso el intento y la cantante solicita disculpas. En el segundo intento nos retiene en un principio la compasión, pero la voz -pronto se percibe- ha ganado en sobriedad y firmeza. Emprende entonces la aventura con brumosa inspiración, y se deja simplemente ir, sin empeñarse en las alturas, dando fe de su emoción, que pronto prende y se extiende entre las notas como la caricia compartida. Lo que he calificado de curioso, bien podría aceptarse como una sencilla lección: Haz que tu emoción dé paso a la exigencia, pero no te exijas la emoción misma.

[*] Irmgard Seefried, Goethe Lieder, Salzburger Festspiele 1957, 15. August.
Orfeo International Music GmbH, München.

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