Vi con agrado la versión cinematográfica de la novela de Le Carré «The constant gardener». Fernando Meirelles dirigía, con música de Alberto Iglesias también muy lograda. En esa miscelánea musical de sabor africano destacaba, y con voz propia, la música original de aquella zona. Estaba interpretada con enorme sensibilidad y delicadeza, y se apoyaba en un sencillo acompañamiento de cuerda, subrayado hacia el final por segundas voces. Quise saber quién era ese intérprete de voz cálida y aire sosegado, y también de dónde provenía esa melodía, que en la banda sonora se identificaba como Kothbiro. Entendí que, según el epígrafe «Original Music Composed by» de la carátula, se concedía la autoría a Iglesias. Pero quizá hubiera sido más justo decir, ya que esa música inició la carrera de los premios en 2005, que Kothbiro era una melodía popular recogida e interpretada por Ayub Ogada en un album publicado unos diez años antes.
Algo he ido aprendiendo de este hombre y de la melodía, cosas al alcance de cualquiera por otro lado. La lengua utilizada es el luo y en la letra de la canción un anciano llama a los jóvenes para que vayan recogiendo el ganado ante la inminente tormenta. Ayub Ogada es un cantante keniata con un azaroso paso por Occidente que se ha instalado finalmente a caballo entre Londres y su país. Procede del Norte, de las cercanías de lago Victoria, de lugares a donde llegaron hace siglos gentes procedentes de Nubia que acabaron dedicándose a la ganadería en sus nuevas tierras. Este hecho lo vincula a tradiciones musicales muy antiguas. Se habla del luo como de una de las lenguas derivadas de la matriz nilótica. Está emparentada con otras del actual Sudán y todas tienen su origen en las migraciones que sucedieron a los sucesivos hundimientos de los reinos de Kush y de Nubia, hostigados respectivamente por romanos y árabes.
Lo más curioso del caso es el instrumento con el que se acompaña el canto. Se trata de un nyatiti, una especie de lira de 8 cuerdas, un instrumento que viene a dar tantas claves sobre la procedencia de la música como la propia lengua vehicular. No es muy diferente, al parecer, de la enanga, otro instrumento que aparece en el Norte de Uganda en manos de los acholi, gentes emparentadas con los luo. Pero lo más sorprendente es que la emigración hacia el Sur de estos pueblos nilóticos nos permite hoy conocer el sonido de instrumentos similares a los que empleaban los egipcios e imaginar a través de ellos su música. De hecho la similitud entre estas rústicas liras y lo que reflejan los murales de los monumentos egipcios ofrece poco lugar a dudas. Cosa distinta serán las melodías que con ellas se interpretan, pero somos libres de creer que oyendo a Ogada, en medio de esa atmósfera sencilla y conmovedora con que nos envuelve, quizá nos llegan sonidos verdaderamente antiguos, sonidos que realmente han atravesado los siglos.
Kothbiro (canto popular), Ayub Ogada.
Original en album En mana kuoyo, 1993.
Versión BSO The constant gardener, 2005.
3 comentarios:
Gracias. Te lo cambio por este
http://www.youtube.com/watch?v=ofGwLUgaezo
Albórbola: Este me recuerda un poco a los brasileños. La verdad es que con los africanos llegan a la música resonancias y coloridos distintos de los que por aquí se oyen.
Claro, es África pasada por Portugal. Busqué otras canciones de este músico y eran bastante malas. Sin embargo, su biografía es interesante. Fue recordman portugués de los 400 m lisos, jugador del club de fútbol Benfica, combatiente por la independencia de Angola y, luego, opositor al gobierno; y músico, claro.
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