Diagrama de los músculos de la cara, según sir C. Bell. |
«Un indostaní afectado por la enfermedad y la pobreza se vio obligado a vender su cabra favorita. Después de recibir el pago miró repetidas veces el dinero en sus manos y después a la cabra, como dudando si devolverlo. Se acercó a la cabra, que estaba atada y presta para ser llevada, y el animal se levantó y lamió sus manos. Sus ojos oscilaron entonces de un lado a otro, “su boca estaba cerrada sólo en parte, con los ángulos marcadamente caídos”. Finalmente el pobre hombre pareció aceptar que debía de deshacerse de su cabra y entonces las cejas se pusieron un poco oblicuas con el característico fruncido y abultamiento de la parte interna, si bien no se produjeron arrugas en la frente. El hombre permaneció así un minuto; después, dirigiendo una profunda mirada rompió a llorar, elevó las dos manos, bendijo a la cabra, se dio media vuelta y se marchó sin mirar de nuevo».
*Versión española: La expresión de las emociones, traducción Xavier Bellés. Editorial Laetoli, Pamplona, 2009.
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