jueves, 24 de junio de 2010

Retablo de aparentes



Cristo risorto adorato da santi, profeti e membri dell'Ordine domenicano (det.)
Beato Angelico (1428-30), National Gallery, Londres

Quizá debiéramos empezar a preguntarnos por qué hemos de valernos de la exaltada santidad, por qué seguir aprendiendo moral en esos modelos trucados y retocados, por qué hemos cedido al afán de poner rostro beatífico a cada virtud, por qué completamos con ellos ese costoso espejo en el que nadie se reconoce, por qué nadie se interna hasta las sombras de los iluminados, por qué debemos suponer que admirarlos en sus resplandores y sofocos es tanto como mejorarnos. A los que por esa galería se pasean de camino a su perfección, a los que desde ahí nos afean con soberbio cinismo nuestra dejación les digo: «Mirad aquí abajo, mirad y aprended en este mosaico de gente sencilla cómo se reflejan las infinitas caras del esfuerzo común y también de la compasión».

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