viernes, 13 de mayo de 2011

Lamento africano


Djeli Baba Sissoko
África es un mundo, pero representa algo más cuando se proyecta sobre el resto. Representa una visión diferente e imprescindible del mundo, una visión en la que el mundo no es únicamente un espacio económico, sino el escenario de todas nuestras vivencias. Algunas de esas vivencias, tan difíciles de ver entre nosotros, son argumento cotidiano, y también histórico, en África. Asomados a aquel mundo comprendemos un poco mejor ese extraño equilibrio entre dicha y desdicha que preside nuestras vidas. En el nuestro decidimos ignorarlo, pero ignorarlo no nos ayuda a vivir, simplemente nos permite vivir ajenos al dolor. Un dolor en el que nadie quiere reconocerse y al que nadie consigue dar expresión. Ante él, sería lo natural lamentarse y buscar con el lamento compasión, es decir un modo de compartir la pasión por amarga que sea. Por aquí hace tiempo que todo esto se olvidó. Mal entendemos los lamentos cuando los confundimos con la contemplación, la pasividad y la aceptación. Parece necesario mirar a África para recuperar su sentido primero y reconocernos en su expresión del dolor.

Estos, y otros muchos pensamientos fuera de lugar, me venían a la cabeza al escuchar el canto profundo de Salif Keita. Imagino a su público convocado por el toque cálido y sereno de la guitarra, aliviado ante la llegada de la noche y confiado a la magia de su voz. A continuación, con un segundo toque dará apoyo a una melodía que pondrá tonalidad a su insistente lamento
           Seca tus lágrimas,
           llegará un día...

un estribillo a caballo entre el desgarro y la esperanza, al que el timbre claro de su voz pone una nota de fragilidad, pero también de firmeza. No sabría decir hasta qué punto refleja el sentir del africano, pero en su voz se percibe una aflicción muy antigua, tanto que parece impregnada de un estilo propio. Resuena en él la tradición musical de los djelis, aquellos bardos itinerantes de Malí, y del resto de África occidental. En sus canciones y cuentos se sustentó durante generaciones la memoria colectiva, y en ellas sigue encontrando su cauce el dolor arrastrado por sus gentes.



Iniagige, Salif Keita,
Album: Moffou, 2002.


2 comentarios:

Unknown dijo...

Me he acordado de otro lamento africano:
http://www.youtube.com/watch?v=Js9_kArrdlE
Y sobre griots, es interesante este doc:
http://www.youtube.com/watch?v=NpWUcI7bGmY&feature=relmfu

Hilario Mendiaga dijo...

Gracias Arbórbola por esos dos interesantes apuntes. Del primero nada conocía. Sólo lo he escuchado una vez, pero la voz es verdaderamente intensa y desgarradora. En los acordes me han llegado ecos de Brasil y quizá hasta del fado. Volveré a él.
Lo de los griots o djelis es todo un mundo musicalmente fascinante, con sus sagas familiares y el culto alrededor de ese maravilloso instrumento que es la kora. Quería decir algo de todo esto, pero no me pareció estar a la altura del tema. A esto también volveré.