Lo fatídico de una situación se hace evidente cuando toda la lógica posible se reduce a una flecha, a una dirección. A través de ella la situación camina inexorable a una solución imperativa, aireada además como la única razonable y expeditiva. En esa dinámica rigurosa no queda otra que cuestionar la situación, que dudar de su alcance y de su urgencia. Luego, si todo se concreta, si vemos que esa flecha es certera, si aceptamos que apunta a una salida, si resulta además que es única, deberíamos confiar en que al menos sea remota.
domingo, 13 de marzo de 2011
Dirección única
Lo fatídico de una situación se hace evidente cuando toda la lógica posible se reduce a una flecha, a una dirección. A través de ella la situación camina inexorable a una solución imperativa, aireada además como la única razonable y expeditiva. En esa dinámica rigurosa no queda otra que cuestionar la situación, que dudar de su alcance y de su urgencia. Luego, si todo se concreta, si vemos que esa flecha es certera, si aceptamos que apunta a una salida, si resulta además que es única, deberíamos confiar en que al menos sea remota.
Etiquetas:
lógica
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