domingo, 27 de marzo de 2011

Enigmas modernos


Kryptos (1990), J. Sanborn
Cuartel CIA, Langley (USA).
Los enigmas se suelen inspirar en un equívoco, pero no siempre les acompaña la escandalosa disolución del ponente en su flagrante contradicción. De hecho, lo enigmático puede ser muy cauteloso y deslizarse en un simple adverbio. Viene esto a cuento de la palabra «oficialmente». Como otras similares, esta palabra se lleva en la caja de herramientas lingüísticas para sellar las inconfesables fugas del discurso político. Imaginemos que el titular dice: «Oficialmente el gobierno está en manos de sus ciudadanos». ¿Qué debemos creer?, ¿que está, que no está, o que no hay razones para remover el asunto? La corriente general de pensamiento se acoge a la tercera vía, con lo que no hay solución oficial al enigma. No oficialmente se admite que, allá donde se cuela, el «oficialmente» permite palpar a las claras el curtido pellejo legal bajo el que se oculta el dolorido músculo que mueve el mundo real.

No hay comentarios: