domingo, 7 de noviembre de 2010

Camino de Amurutxate


Desde la boca de la cueva de Amurutxate (Aralar)
El colorido del bosque ha volado con el vendaval de los últimos días. Ha entrado la niebla para ir fijándolo en nuestra memoria como recuerdo de otro año vencido. Pero no estamos ante un balance final, ni ante un paisaje despojado. Al contemplarlo vemos el suelo alfombrado de hojarasca, oímos murmullo de arroyos y sentimos un vivero de frutos ocultos alentando futuro. La lluvia fina apura lentamente los perfiles de las rocas hasta hacerlas emerger grises, entre el musgo, como una arquitectura ruda, severa y silenciosa, que nos señala el camino hacia nuestra gruta acogedora.

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