De nada puede valer un perfil del autor si no deja ver su intención. Si ésta no es buena ni clara, el perfil poco va a decir de él, y lo que diga nada aclarará.
El cartel reza 'Hay de todo y es de todos'. Frente a la puerta la expectación aumenta y la multitud lentamente se arremolina atraída por la esperanzadora noticia. Llegan de todas las direcciones y su número comienza a crecer desmesuradamente. Hay gente de todas clases, de las barriadas y de pueblos perdidos, unos vienen de estepas y desiertos y otros hasta de la jungla, algunos de zonas de recreo y otros de donde viven en conflicto. Todos se acercan desde aquellos lugares para ver en directo ese umbral transparente y esperan con incertidumbre el momento. El tiempo transcurre insensible para el gentío congregado, nadie cuenta ya ni los meses ni los años transcurridos frente al cartel. Pero tampoco nadie, ni uno solo de los allí presentes, se decide a acabar con la espera, a atravesar de una vez esa puerta y a entrar el primero en ese intrigante y generoso paraíso.
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