Se presenta hoy lo que los chinos denominan el doble quinto, el quinto día del quinto mes de su calendario, y el ascendente masculino entra —eso es lo que prometen— en una fase del año decisiva. Entrar en una fase no suena muy resolutivo, y menos cuando ese ascendente va hacia el apogeo, pero aquí estamos hablando en términos meramente simbólicos. En su calendario lunisolar, los chinos celebran en esa fecha la aproximación del sol a su hegemonía, pero lo valoran de manera bien distinta a la nuestra. Como gente sabia, empiezan por rebajar los ardores colocando el agua de por medio. Si tenemos en cuenta que, en su mentalidad, la vitalidad surge del perpetuo equilibrio entre dos principios, este sol habría de asociarse a un creciente yang, que revestido como un fiero dragón navega a golpe de remo sobre las mansas aguas del río, hasta quedar retenido por el yin. Con estas refrescantes imágenes se da cuerpo y color al festival Duanwu, que hoy festejan los chinos de todo el mundo. En sus juegos de regatas, en la boga de sus barcas, enmascaradas como dragones, se viene a reflejar el estimulante encuentro anual de los dos principios vitales, y en definitiva la fecundación solar de la tierra. Si ese amor es aún posible, creo que debemos celebrarlo.
lunes, 6 de junio de 2011
El quinto quinto
Se presenta hoy lo que los chinos denominan el doble quinto, el quinto día del quinto mes de su calendario, y el ascendente masculino entra —eso es lo que prometen— en una fase del año decisiva. Entrar en una fase no suena muy resolutivo, y menos cuando ese ascendente va hacia el apogeo, pero aquí estamos hablando en términos meramente simbólicos. En su calendario lunisolar, los chinos celebran en esa fecha la aproximación del sol a su hegemonía, pero lo valoran de manera bien distinta a la nuestra. Como gente sabia, empiezan por rebajar los ardores colocando el agua de por medio. Si tenemos en cuenta que, en su mentalidad, la vitalidad surge del perpetuo equilibrio entre dos principios, este sol habría de asociarse a un creciente yang, que revestido como un fiero dragón navega a golpe de remo sobre las mansas aguas del río, hasta quedar retenido por el yin. Con estas refrescantes imágenes se da cuerpo y color al festival Duanwu, que hoy festejan los chinos de todo el mundo. En sus juegos de regatas, en la boga de sus barcas, enmascaradas como dragones, se viene a reflejar el estimulante encuentro anual de los dos principios vitales, y en definitiva la fecundación solar de la tierra. Si ese amor es aún posible, creo que debemos celebrarlo.
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